26 de mayo de 2016

STOP TTIP


El tratado comercial secreto que negocian EE UU y la UE.

Hace tan solo unas semanas ha salido a la luz pública, un preocupante  y secreto acuerdo de libre comercio e inversiones entre Europa y EE UU, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones o TTIP  de acuerdo a sus siglas en inglés. Su objetivo es crear un mercado de más de 800.000.000 de consumidores y aunque la Unión Europea ha garantizado a sus ciudadanos que no se cruzarán determinadas líneas, las voces de alarma han comenzado a oírse, denunciando que se trata de un “tratado vampiro” o un “caballo de Troya” que no respetara los derechos sociales y medioambientales existentes en la actualidad.

El contenido del tratado, de momento es secreto, pero hay quien asegura que si los términos del mismo salieran a la luz la ciudadanía lo rechazaría de plano. Y es aquí donde surgen grandes interrogantes: ¿Por qué tanto secretismo? ¿Por qué  los parlamentarios de los 28 solo pueden acceder a determinadas partes del TTIP en una sala de lectura cerrada, sin poder sacar los documentos ni fotografías de los mismos? Estaremos de acuerdo en que como mínimo resulta altamente sospechoso. Además y por si tanto secretismo no bastara, el tratado comercial deberá ser aceptado en su totalidad y sin enmiendas por los 28 miembros de la UE, eliminando las barreras arancelarias y aquellas leyes de protección social, laboral, medioambiental... que impidan o dificulten el libre comercio la UE y EE UU.

Tras este secretismo hay sin duda elementos importantes de lo contrario no tendría sentido que los documentos relacionados con las negociaciones vayan a ser secretos durante 30 años. Algunas voces autorizadas aseguran que se trata de un acuerdo hecho a medida de las multinacionales, otras aseguran que acabara dando la puntilla al ya herido estado del bienestar y otras aseguran que es un chantaje y un secuestro de la soberanía.

Si queréis que os de mi opinión creo que de nuevo los ciudadanos nos encontramos indefensos ante los intereses del capital y están, una vez más, intentando engañarnos al ocultarnos  que el único propósito del TTIP es proteger las inversiones de las grandes multinacionales.

La UE ha respondido asegurando que nunca negociará en contra de las leyes vigentes. El problema es que los enormes interese económicos existentes, hacen que no confiemos demasiado en estas promesas y que al final las peores previsiones se cumplan.
Tan solo pondré unos ejemplos que nos podrían afectar a casi todos: se permitiría el consumo de productos transgénicos,  de la carne hormonada o los pollos limpiados con cloro, desaparecería la obligación de etiquetar los productos e igualmente las denominaciones de origen.

Estos ejemplos anteriores son tan solo la punta del iceberg, ya que están igualmente en peligro derechos del trabajador, y los derechos de representación de los asalariados, los estándares ahora vigentes de regulación medioambiental, la libre circulación de personas, la calidad de determinados servicios públicos como la sanidad.

En definitiva, se trata de un acuerdo comercial que vulnerará, en caso de llegar a firmarse, muchos de los derechos de los ciudadanos adquiridos a lo largo del siglo XX.


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