La relación del ser humano con el fuego es atávica. Desde la época de las cavernas cuando alguien frotó dos piedras y consiguió hacer fuego, ese fuego que se convirtió en vida. Según fue pasando el tiempo, casi todas la civilizaciones en sus celebraciones, utilizaban el fuego en un sentido u otro.
El Solsticio de Verano es el día mas largo del año, en la época pre cristiana la gente pensaba que las plantas que florecían o germinaban durante el solsticio, tenían mas poderes curativos y sanadores de lo habitual, por eso solían recogerlos esa noche, encendían hogueras para ahuyentar a los espíritus malignos. En años posteriores las brujas utilizaban este día para remarcar una fecha que tenia una gran carga mágica.
Con el tiempo, las distintas civilizaciones fueron adaptando las fiestas a sus creencias y costumbres. En la actualidad lo celebramos la noche de San Juan.
Cada uno se inventa sus ritos, se utilizan ritos nuevos, antiguos y falsos antiguos, da lo mismo. La cuestión es que esa noche, el fuego es algo purificador, algo que limpia, quema los malos rollos, y reúne a la gente para festejar que algo se acaba y algo nuevo empieza. No importa que tipo de rituales utilice cada uno, la verdad es que la cosa va por barrios, pueblos, ciudades, comunidades y países. Lo único que importa es el efecto terapéutico y beneficioso, que tiene para aquellos que no van solo para cogerse la cogorza de turno, sino para quemar el mal rollo y comenzar algo distinto.
A mi me encantan las hogueras, son hipnóticas y por un momento te hacen sentir como ese hombre de las cavernas que frotó dos piedras y descubrió una de las armas mas poderosas para la supervivencia del ser humano y si lo pensamos tranquilamente desde una perspectiva sana y terapéutica.
Con el tiempo, las distintas civilizaciones fueron adaptando las fiestas a sus creencias y costumbres. En la actualidad lo celebramos la noche de San Juan.
Cada uno se inventa sus ritos, se utilizan ritos nuevos, antiguos y falsos antiguos, da lo mismo. La cuestión es que esa noche, el fuego es algo purificador, algo que limpia, quema los malos rollos, y reúne a la gente para festejar que algo se acaba y algo nuevo empieza. No importa que tipo de rituales utilice cada uno, la verdad es que la cosa va por barrios, pueblos, ciudades, comunidades y países. Lo único que importa es el efecto terapéutico y beneficioso, que tiene para aquellos que no van solo para cogerse la cogorza de turno, sino para quemar el mal rollo y comenzar algo distinto.
A mi me encantan las hogueras, son hipnóticas y por un momento te hacen sentir como ese hombre de las cavernas que frotó dos piedras y descubrió una de las armas mas poderosas para la supervivencia del ser humano y si lo pensamos tranquilamente desde una perspectiva sana y terapéutica.