Os voy a proponer un ejercicio en el
siguiente texto: donde yo pongo la palabra refugiado substituirla por otra como ser humano, mujer, madre, hombre, padre, niño, niña, bebe, etc.
Nos encontramos ante la peor crisis
humanitaria de los últimos 200 años, pero esto no empezó hace unos meses,
empezó hace unos años. Diferentes organizaciones llevan avisando desde entonces
que iba a pasar esto, pero hasta que el norte de Europa no los ha encontrado en
masa en su puerta trasera nadie ha hecho nada.
En nuestro país llevamos recibiendo
refugiados Sirios y de otros países del área subsahariana desde hace varios
años. Italia y Grecia también los reciben en masa, y cuando se le ha pedido
ayuda al resto de la Comunidad Económica Europea, han pasado de todos nosotros
diciendo que nos las apañáramos como pudiéramos. Ahora Alemania los tiene en la
puerta de casa y todo el mundo tiene que colaborar. Pero no nos equivoquemos
los refugiados que están llegando al norte tienen el color y el nivel cultural
adecuado para ser recibidos por nosotros, los civilizados Europeos.
Con todo y con eso lo que ha revuelto
conciencias ha sido un refugiado en una playa, con sus pantaloncitos cortos y
su polo rojo, blanquito, muy blanquito. Seamos honestos, esa imagen con otros
colores la vemos un día si y otro también en las noticias de la tele, los
periódicos, Internet. Estamos tan acostumbrados a esas imágenes, que para
nosotros se confunden con el paisaje.
Por fin Europa va a recoger a un número
determinado de refugiados pero con
orden, hay que discutir el cupo que le corresponde a cada país y mientras
nosotros hablamos y hablamos los refugiados se encuentran hacinados en campos
de concentración, sin comida, agua y servicios sanitarios, durmiendo en el
suelo, rodeados por cercas de alambre y
“fuerzas del orden”, de un país racista y xenófobo, al que le encantaría
meterlos a todos en una cámara de gas, pero hay demasiada gente mirando.
Porque eso es lo único que hacemos mirar y
hablar. Y mientras tanto cientos de miles de personas se mueren de frío y
hambre.
Alguien me puede decir para qué porras
sirven las Naciones Unidas, porque en Siria quedan 22 millones de personas en
las mismas condiciones, y no se van a quedar paradas.
Simplemente nos hemos convertido en una “especie” de miserables, podéis estar
seguros de que muchos se han forrado vendiendo publicidad con las repulsivas
imágenes del refugiado en la playa, la periodista pateando a un refugiado,
refugiado levantando a refugiados sobre sus cabezas para meterlos por las
ventanillas de los trenes, etc.