Hola a Tod@s
Mi primera entrada desde el móvil y aunque para mí sea algo genial sé que es sencillo.
😉
Estoy enfadada porque todos los días hay alguien que se salta el derecho a las personas con minusvalía a hacernos el trayecto más fácil 😿
En este Blog escribimos personas que estamos o hemos estado sin hogar. Sobrevivimos a la enorme vulneración de derechos que supone la ausencia de vivienda, y queremos expresar nuestra opinión sobre el mundo que nos rodea. Un espacio plural en el que abordamos temas muy variados, y en el que también esperamos vuestros comentarios. ¡Gracias por leernos!
La cultura también es un derecho: las personas sin hogar y el acceso a la vida cultural
Cuando hablamos de derechos, solemos pensar en cosas básicas: vivienda, comida, sanidad. Y sí, son fundamentales. Pero hay otro derecho que a menudo se olvida: el derecho a la cultura. Porque, ¿qué sería de nosotros sin arte, música, libros o teatro? La cultura no es un lujo, es parte de nuestra humanidad. Pero para las personas sin hogar, este derecho parece un privilegio inalcanzable.
La cultura no es solo pasar un buen rato. Es un refugio emocional, un medio para expresarnos, entender el mundo y conectar con los demás. Sin embargo, cuando vives en la calle, parece que tu única preocupación debería ser "sobrevivir". ¿Te imaginas lo alienante que puede ser no sentirte parte de la sociedad ni siquiera en algo tan básico como disfrutar de una película o un concierto?
Para alguien que vive sin hogar, acceder a la cultura puede ser todo un desafío:
La exclusión cultural refuerza la exclusión social. Es como si al no participar en la vida cultural, las personas sin hogar quedaran aún más invisibles. Pero cuando alguien tiene acceso a la cultura, algo cambia. Un concierto puede hacer que te sientas parte de algo. Un taller de teatro puede ayudarte a ganar confianza. Un libro puede abrirte nuevos mundos.
Hacer que la cultura sea accesible para las personas sin hogar no debería ser una utopía. Hay muchas formas de lograrlo:
La cultura no solo es algo que "se consume". Es una herramienta para reconstruir vidas. Para alguien que ha perdido todo, participar en una actividad cultural puede ser un paso hacia la recuperación emocional, hacia sentirse parte de la sociedad otra vez.
A menudo pensamos que ayudar a las personas sin hogar solo implica cubrir necesidades básicas. Pero si queremos una sociedad realmente inclusiva, también tenemos que garantizar el acceso a derechos como la cultura. Esto no solo dignifica, también transforma.
Desde Realidades, creemos firmemente que nadie debería quedar fuera de la cultura. Porque al final del día, la cultura es de todos y para todos.
El laberinto de encontrar un techo: vivir sin hogar
Imagina por un momento que todo lo que tienes cabe en una mochila. Una mochila que cargas de un lado a otro porque no hay un sitio al que puedas llamar "hogar". Esa sensación de no pertenecer, de estar siempre de paso, es la realidad de miles de personas que viven en la calle. Y no, no es porque no quieran trabajar o no tengan sueños; es porque el problema de la vivienda es un monstruo difícil de vencer.
Hoy te quiero hablar desde los zapatos de alguien que vive sin hogar, porque detrás de cada cara en la calle hay una historia, y detrás de cada historia, un sistema que falla.
La vivienda se ha convertido en un lujo. Alquilar un piso cuesta más que un sueldo medio, y no te hablo ya de comprar uno. Para alguien que vive en la calle, sin ingresos fijos o con trabajos precarios, enfrentarse a una fianza, un mes por adelantado y un contrato es casi imposible. Es como querer cruzar un río sin puente: sabes que necesitas llegar al otro lado, pero no tienes cómo hacerlo.
"¿Pero no hay ayudas para esas cosas?", preguntan muchos. Y sí, existen, pero la burocracia es como un laberinto. Solicitar una ayuda puede llevar meses, incluso años, y para cuando llega (si es que llega), ya es tarde. Además, las condiciones son tan estrictas que muchas veces te quedas fuera del sistema: que si necesitas empadronarte, que si un informe social, que si esto y lo otro… ¿Y si ni siquiera tienes una dirección para recibir cartas?
Vivir en la calle no solo es dormir en un banco o bajo un puente. Es estar en un limbo. Sin una dirección fija, es más difícil encontrar trabajo. Sin trabajo, no puedes alquilar una habitación. Y sin un sitio donde asearte o descansar, enfrentarte a una entrevista laboral es misión imposible. Es como si cada intento por avanzar te regresara al punto de partida.
Hay una idea errónea de que las personas sin hogar están así porque quieren, porque "no se esfuerzan". Pero, ¿de verdad crees que alguien elige pasar frío, miedo y hambre? Nadie sueña con vivir en la calle. Lo que pasa es que, muchas veces, no hay red para evitar la caída, y una vez abajo, salir es mucho más complicado de lo que parece.
El problema de la vivienda no es solo de las personas sin hogar, es de todos. La solución pasa por más vivienda asequible, ayudas rápidas y accesibles, y menos prejuicios. Porque cuando le das a alguien un techo, le estás devolviendo mucho más que un lugar donde dormir: le estás devolviendo dignidad, esperanza y una oportunidad para empezar de nuevo.
Así que la próxima vez que veas a alguien en la calle, no mires para otro lado. Escucha, comprende, y si puedes, ayuda. Porque todos merecemos un lugar al que llamar hogar.
Objetivos de Desarrollo Sostenible:
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Hambre Cero
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Salud y Bienestar
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Desigualdades
Combatir el sinhogarismo es reducir la desigualdad
Las personas sin hogar tenemos muchos problemas según si tenemos papeles de residencia, según el país que seamos, según el género, según la religión....