Para mí, la libertad de expresión es un pilar imprescindible en la sociedad en la que vivimos, pero cuando uno utiliza la libertad de expresión equivocadamente y se llega al insulto deja de ser libertad de expresión y se convierte en un ataque directo hacia mi persona o hacia otra persona. No confundamos la libertad de expresión con un derecho de faltar a una persona que no opina igual que tú y se aproveche para atacar mi forma diferente de opinar.
La libertad de expresión como su propio nombre indica está para que cada uno dé su punto de vista sobre cualquier tema o asunto. Está claro que muchos y muchas lo confunden con el derecho de hablar o faltar a alguna institución o colectivo que no piensa del modo que tú piensas y por eso ya se creen que eres el enemigo directo al cual hay que destruir de cualquier forma o manera. Piensan que vale todo con tal de que tu libertad de expresión quede relegada a un segundo plano. Cuando se llega al insulto o a la provocación ahí es donde se acaba la libertad de expresión de cada individuo.
Estamos ya en pleno siglo XXI y, aunque en casi todos los ámbitos hay cierta libertad, creo que todavía no estamos al 100% de una libertad de expresión plena (según a quien se lo preguntes), porque todavía en ciertos sectores se cree que vivimos en un estado de represión y todo por que no piensas igual que ellos, da igual que sean de un bando u otro.
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ACABA CUANDO EMPIEZA LA MÍA
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