9 de marzo de 2017

NOSOTROS DECIDIMOS ¿NEMESIS? O EL COMIENZO DE ALGO BUENO

    
 Los robots están aquí, y han venido para quedarse.  

      Hace 75 años Isaac Asimov  además de ponerle nombre a la ciencia que trata sobre robots “Robótica” formuló tres leyes que todos los robots llevarían incluidas en su fabricación, nadie podría acceder a modificar estas leyes, con el tiempo creó una cuarta ley (que por cierto formuló un androide) llamada ley cero.
1.     Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2.     Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
3.     Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.1
LEY CERO.
Un robot no hará daño a la Humanidad o, por inacción, permitir que la Humanidad sufra daño.

    Asimov era un pelín paternalista en sus novelas,  en el fondo tenía una fe en la humanidad un poco ingenua. Yo no tengo tanta confianza.


     La Unión Europea quiere leyes para convivir con los robots,  quieren leyes que protejan a la ciudadanía sin poner trabas al desarrollo tecnológico de esta industria. Esta vez Europa, que va retrasada en este campo,  se ha adelantado aunque solo en los robots civiles, en los militares no hay quien meta mano. Pero claro se encontraron con la oposición de la coalición derechista que rehusaron incluir en el texto “las posibles consecuencias negativas de la robótica en el mercado laboral”. Un estudio reciente ha estimado que en solo 4 años se perderán más de 5 millones de puestos de trabajo fruto de la automatización, especialmente en puestos administrativos y de producción. El informe propone crear una personalidad jurídica específica para los robots, para que se puedan derivar las responsabilidades de los daños que puedan causar estos robots. Hay quien pide que los robots que reemplacen a trabajadores coticen a la Seguridad Social para asegurar el mantenimiento del sistema, cuando es el sistema el que hay que cambiar.  Esta legislación tiene sentido con los robots que realizan trabajos básicamente mecánicos, maquinaria de fabricación, coches sin conductor, drones, prótesis, etc.

  Si con esto pretenden no ir retrasados van de cráneo, la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados. Investigadores de la Universidad de Manchester han demostrado que es posible construir una nueva forma súper-rápida de computadora con ADN que “crece a medida que computa”. Leyendo las intenciones iniciales de la ponencia de la Eurodiputada Mady Delvaux, está claro que muchos políticos han leído a Asimov. Pero se han quedado en las responsabilidades jurídicas. Eso me parece negar la evidencia de que prácticamente ya está aquí, y es el cerebro artificial con funciones mucho más avanzadas que cualquier cerebro humano y que aprenden. Estos robots son básicamente buenos  en toda la amplitud que tiene esta palabra, sus creadores lo único que pretenden es hacernos la vida mas fácil, el problema somos nosotros, los seres humanos. Por eso creo que se debe conseguir que sea posible  lo que pretendía Asimov con sus leyes.

   
     
     Tendemos a pensar en los robots como atracciones de feria japonesa, pero lo cierto es que hay un montón de ciencia y de matemáticas avanzada detrás de ellos. Lo que me parece una tontería es esa manía de humanizar a los robots, como si el diseño del ser humano fuera tan eficiente, un par de ojos en el cogote no nos vendrían nada mal, además esto es lo que conseguirá que mucha gente empiece a tener miedo, demasiadas pelis chorras sobre robots almacenadas en el cerebro. La robotofobia, como la xenofobia, se ceba con aquel que se piensa diferente pero en el fondo se percibe como igual.

     Si no, vamos a crear nuestra propia némesis. Si un cerebro artificial con una gran inteligencia, sin la traba de los sentimientos tuviera que preservar la vida en nuestro planeta lo más lógico es que nos exterminara como raza, somos básicamente destructivos.  



    
   


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