19 de febrero de 2020

Viaje al país de origen

     Después de tantos años de vida en un sitio, nos gusta a veces regresar al país de origen de visita o para siempre. ¿Es fácil levantarse un día así después de haber conocido nuevas costumbres, nuevas formas de vida regresar a lo que era su vida?

     Cuando uno decide hacer un viaje siempre se hace preguntas, ¿cómo va a ser mi viaje, lo voy a pasar bien, qué voy a encontrar ahí donde voy, qué me puede pasar durante el trayecto ...? Este tipo de preguntas se lo hace también una persona que regresa o va de visita a su país de origen después de tantos años de vida fuera. No es cierto que encontremos la mismas cosas que dejamos cuando salimos. La ilusión se mezcla con la preocupación, ilusión de volver a encontrarse con amigos, familiares con quienes nos separamos durante mucho tiempo y preocupación por saber cómo nos van a recibir, será el mismo país que nos vió nacer, donde pasamos nuestra infancia, cómo nos vamos a sentir, ¿como forastero o como ciudadano? Nos podría también preocupar que nuestra presencia en el país genere un rechazo por envidia.

     También alguien se puede preocupar por saber dónde se va a alojar. Así que me digo a veces alguien puede ser extranjero en su propia país por tener que buscarse un alojamiento al llegar.

      El inmigrante a veces es un perdido, pierde su nacionalidad de origen y no consigue la del país de acogida por no ser aceptado por pertenecer a un colectivo (un negro por ejemplo).

      El viaje en general da sensación de escapatoria, de descanso, de descubrimiento pero genera también dudas, preocupaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario! Aparecerá dentro de poco publicado