En los años
30 en España, la única tecnología que había era la radio, que se sepa, aunque ya se había inventado el submarino por
Isaac Peral y el aeroplano por Juan de la Cierva. Ya marchaba la gran
revolución industrial.
Los años 60
trajeron el primer viaje a la luna, todo el mundo pudo verlo por televisión. Aquí en España lo vimos en blanco y negro, las televisiones entonces no eran en
color. El cine y el teléfono ya existían, con la dictadura no cabían más perspectivas,
pues en los países de Europa o en Estados Unidos cerraban sus puertas a la
dictadura. Ellos ya funcionaban en tecnología más avanzada, es decir, vamos con retraso aquí. Solo en las
películas veíamos lo de los ordenadores y telefonías móviles, como de ciencia
ficción.
La
tecnología ayuda en abundancia en todos los sentidos, social, cultural y científicamente. Permite que todos los datos se almacenen en ordenadores quitando
de en medio los grandes almacenes de papeleo, en todos los ámbitos. Ahora
cualquiera puede hacerse con información de todo tipo, hasta los más pobres
disponen de teléfonos móviles, e Internet.
Se pregunta
uno si nos damos cuenta de dónde sale tanta tecnología. Explotamos todos los
medios naturales para ello, la mayoría de los minerales salen de África,
explotando a los africanos para conseguir esos materiales a cambio les damos
hambre y que no tengan la oportunidad de disfrutar de la tecnología, vetándolos.
También destrozamos el medio ambiente haciendo agujeros en la atmósfera cargándonos el planeta y llenando de basura el espacio exterior.
Habría que
pensar en hacer algo para detener esa barbarie, contando que la tecnología es
buena, y si es buena también puede acabar con las enfermedades y el hambre
mundial, no solo beneficiarse
económicamente por las multinacionales, y decirles a todos los economistas y
políticos que se pongan manos a la obra urgentemente, no solamente en España, sino a nivel mundial.
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