21 de abril de 2020

Mi confinamiento, capítulo 1



Desde que empezó este sufrimiento el 10 de marzo, fue llevadero y tranquilo. Lo único que era de comprar solo a la compulsivo, de ir a los sitios y desesperarte por no encontrar nada o la tienda vacía. Los productos de primera necesidad volaban en el día, y los tenías que cambiar por otros, era un caos. Había control de aforo porque era muy fácil el contagio.

Cuando llegó el momento en que cerraban bares y restaurantes ya empezó el mundo para abajo y yo a coger un poco de miedo y acordarme de mi hermano. Si hubiera llegado hasta estos días el Covid19 me lo hubiera arrebatado de golpe. Menos mal que se fue en 2018, doy gracias a Dios por ello. Cuando ya dieron la alarma oficial por pandemia y pedían confinamiento casi total, si salías tenías que tener un salvoconducto como que trabajabas y luego regresabas a tu casa.

En la compra de uno en uno. En el bus normal, NO más de 20 personas, y en el acordeón, NO más de 30. Los parques cerrados, no pasear, y del super a casa y viceversa. Esto fue peor, más bajón, pensar más, llorar más, sabiendo que lo único que tengo son mis compis y amigos que están dando la vida ayudando a los demás, llevándoles los productos de primera necesidad, y los medicamentos que  necesitan. Eso me hizo quedarme más tranquila. El remate fue el programa especial que hicimos en Onda Realidades y cómo era la situación de supervivencia de la gente en estos momentos difíciles. Ahí pedí ayuda a varios amigos de "Prote" (Protección Civil), los cuales mandaron audios  y yo los reenvié para el programa. También mi amigo Pepe de Radio Topo y otras personas más las cuales contaron su día a día. Otra de las cosas que echo de menos es a la persona que está a mi lado desde hace 3 años, por no poder subir a verla y estar con ella. Por no tener salvoconducto y que me mandaran a casa otra vez.

Todo esto que está pasando es muy duro y fuerte, además de que vi a dos vecinas llegar con todo el equipo EPI puesto por haber cogido el virus y haberles dado el alta. Ya es el remate de todo y el confinamiento más duro que estoy pasando.

Hago por entretenerme de todo un poco. Guisar, escribir, escuchar música, leer, y ahora este relato para posiblemente ser publicado en el Blog. Hablar con los amigos y la pareja por whatsapp para llevar mejor este confinamiento tan duro. No solo para nosotros, también para las personas mayores y para los críos que están sin colegio, para los padres que tienen que trabajar online, atender la casa, y los hijos que ya no saben qué hacer con ellos y entretenerlos.

Yo salgo dos veces a la semana por miedo al contagio y dependiendo de las necesidades de comida o que necesite algo de primera necesidad como leche, pan o fruta. Casi no salgo para nada, solo lo justo.

Antonia (mujernocalla)

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