La noche de San Juan es una tradición antigua que está
ligada al fuego y las hogueras, es de origen pagano. Con la llegada del verano,
uno de los motivos era dar más fuerza al sol, que a partir de esa fecha iba a debilitarse haciendo los días más
cortos de cara al invierno. Así el fuego como elemento purificador y de
fortaleza, y el agua como representante del devenir, forman parte de la
tradición, arraigada en España, pero también se celebra en otros países.
También existe otro antecedente, que es la celebración
Celta, que era una festividad anual en honor del Dios Belenos, en el que se
hacía pasar al ganado entre las llamas para purificarlo.
La festividad cristiana, según parece ser que el padre de
Juan, no creía que su mujer estuviera embaraza y cuando dio a luz, encendió una
hoguera, para anunciar el nacimiento de su hijo. También que bautizo a Jesús el
nazareno el río Jordán, y que le cortaron su cabeza a capricho de una mujer de
la corte, para vengarse de no hacer caso de sus apetencias sexuales.
La noche de San Juan es la más corta del año, en muchos
pueblos queman en las hogueras todo aquello que se quiere olvidar, y realizan
un deseo. Se dice que el origen más remoto, eran las fiestas griegas, en favor
del Dios Apolo, del mismo los romanos dedicaban a la diosa guerra, Minerva,
unas fiestas similares con fuego y llamas.
Así que todo aquel que puede no solo salta por encima de las
hogueras y entre las llamas, que si tiene oportunidad se da un chapuzón en el
mar o en el río, “vamos que la gente se lo pasa a lo grande “, una fiesta para
pasarlo bien, la noche del 23 al 24 de junio.
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