La calle debería ser un espacio público y libre donde todos nos sintiéramos cómodos, yo no pretendo que no haya normas para la convivencia, pero me parece el colmo que también pretendan legislar qué y a quién tenemos que escuchar, disfrazado de una supuesta prueba de idoneidad.
¿Quién es el que decide?¿ Qué conocimientos musicales tiene? ¿Qué criterios sigue?... Comprendo que haya que regular el ruido a ciertas horas, sobre todo pensando en los vecinos, pero de ahí a elegir quién toca y por lo tanto qué toca, va un abismo. Además es poco practico por el atractivo que tiene para el turismo la música callejera.
Patricia!!!! Qué alegría leerte en el blog!!! Ole que ole, el arte que tienes!!!
ResponderEliminarCualquier día nos fabricamos un invento como el del vídeo y la liamos en la Plaza del Dos de Mayo!!! Te imaginas???
Tanta protección acústica y tan poca protección social...
Bienvenida!!!!