El Fondo
Monetario Internacional publicó la semana pasada su ya habitual informe
sobre la economía española. Un informe anual rutinario que el FMI hace para todos los países miembros y redactado por los
economistas del FMI encargados del seguimiento del país objeto del informe,
tras visitarlo. Un informe
consultivo cuyas recomendaciones no son nada más que eso, recomendaciones.
No son condiciones, ni obligaciones, que esto les quede claro a los que
gobiernan o puedan gobernar en el futuro, por si acaso alguien se llama a
engaño y decide hacer lo que los españoles no queremos bajo ningún concepto.
Aclarado
este aspecto del informe, que creo muy importante, es de rigor reconocer que el
informe de marras nos da una de cal y
otra de arena, algo así como eso de “tengo dos noticias, una buena y una mala ¿Cuál
quieres escuchar primero?”. Pues bien, por un lado el FMI reconoce que la economía española ha mejorado
y lo sigue haciendo aunque lentamente, pero por otro lado, aquí viene la mala
noticia, advierte que existen dos aspectos de nuestra economía que sería
conveniente revisar: el elevado índice de paro y la creciente
deuda pública. España necesita
que su economía
crezca a ritmos más elevados que los actuales, acelerando así su recuperación.
Y ante estas dos asignaturas
pendientes de nuestra economía, ¿qué propone el FMI?
Pues
bien, aquí viene lo mejor, porque el FMI recomienda a España tomar medidas en
cuatro aspectos muy significativos:
“Ayudar a las empresas a crecer,
contratar e invertir”
“Reducir las barreras regulatorias
para impulsar el empleo y el crecimiento”
“Continuar una consolidación
fiscal que favorezca el crecimiento y el empleo”
“Más apoyo de Europa”
Para lograrlo, algunas de las medidas que se deberían
adoptar, siempre según las cabezas pensantes del FMI, serían:
Continuar
con la reforma laboral que el FMI considera aun insuficiente.
Una mayor moderación
salarial a través de un acuerdo social entre patronal y sindicatos.
Un nuevo aumento de los
impuestos.
Una profunda
reestructuración del sector financiero.
Aumento del crédito para familias y empresas.
Aplicación de la ley de unidad de mercado.
Reducción de barreras que dificultan, cuando no impiden, el
crecimiento de las empresas.
Liberalización de los servicios profesionales.
Búsqueda de una solución duradera al déficit de tarifa eléctrica.
¿Y Europa? ¿Qué se le recomienda
hacer a la Unión Europea?
La Unión Europea debería prestar una mayor ayuda
principalmente con:
Avances mayores y más rápidos hacia una unión bancaria completa.
Nuevas medidas del Banco Central Europeo
encaminadas a reducir los mayores costes de financiación a los que se enfrenta
el sector privado español.
Pues
bien, visto lo visto y tras haber leído todo lo anterior, parece ser que el FMI
tiene bastante claro que los recortes deben continuar.
¡Y se
equivocan! La situación de la economía española no está para soportar más ajustes
presupuestarios y nuevos recortes salariales. La creación de empleo va en
función de las ventas reales y las previsiones de las mismas, y si no hay
ventas no hay oferta de empleo, porque los empresarios contratan cuando tienen
expectativas de producción y ventas.
¿Acaso creen sincera y honestamente en el FMI que la recuperación se puede conseguir
con una nueva reducción de los salarios? Y en un mercado laboral en el que, la
mayoría de nuevos contratos son temporales o a tiempo parcial.
Opino que el momento de los grandes recortes y ajustes ya ha
pasado y que éstos, están dando sus frutos. Ahora lo que los ciudadanos de este
país necesitamos, es creer que se ha iniciado el crecimiento, aun moderado, que
poco a poco nos llevara a una recuperación definitiva. Necesitamos optimismo,
no mas hachazos a nuestras maltrechas economías familiares.
Deberían tener en cuenta los técnicos que han pergeñado el
informe del FMI, que es el consumo interno la principal herramienta para la
recuperación definitiva de la economía española, porque de seguir así nuestra economía no se recuperara jamas y España se convertirá en el principal suministrador de mano de obra barata de la Uníón Europea, en la China de Europa. Aunque, si lo pensamos detenidamente, igual es lo que pretenden. Con esta gente nunca se sabe. Mejor no confiarse demasiado.
¿Y el Gobierno? ¿Qué se cuentan desde el
Gobierno?
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha
asegurado que el Gobierno "no tiene que seguir al pie de la letra" lo
que dice el Fondo Monetario Internacional. Cierto, pero entonces ¿por qué
Guindos ha dejado una ventana abierta a las recomendaciones del FMI? Porque tras la primera declaración, ha
continuado diciendo que, "tomarán más medidas en todo lo que tiene que ver
con la reducción y la reestructuración de la deuda de las empresas". Y en lo que a los impuestos respecta, no es
una ventana, es un portalón lo que ha dejado abierto: "el Gobierno
no va a modificar ningún tipo de impuesto que no venga derivado de
modificaciones estrictas de la normativa comunitaria".
La pelota para Europa y nosotros, mucho me temo
que a sufrir una vez más y a pagar.
Y a todo esto, ahora el FMI se desdice, haciendo buena la
expresión “y donde dije digo, digo Diego”. En
un comunicado la institución monetaria afirma que "el FMI no ha
recomendado reducir los costes del despido a 12 días por año trabajado, como se
dice erróneamente en algunos informes de prensa” y continúan, "lo que
hemos recomendado es mejorar el equilibrio entre los contratos indefinidos con
elevada protección y los contratos temporales precarios, de forma que se
favorezcan la creación de empleo y un mercado laboral más inclusivo. Esto no
implica una reducción como la descrita en informes de prensa".
Y la pelota de vuelta. ¿A quién debemos
creer?
La verdad, yo ya no me fío ni de mi
padre.
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