Además, en mi familia por desgracia me tocaron más experiencias negativas: mi tío Paco, "el Casilla", fue narcotraficante. Su hijo, mi primo, también era narcotraficante y mis primas. Mi hermano el mayor también murió de sobredosis. Más de mis seres queridos, familiares y amistades que vivieron conmigo y trabajaron conmigo hemos estado enganchadas a la heroína, cocaína, pastillas, alcohol, y más estupefacientes.
En fin, yo iba a ver a mi abuela y estaba mi tío preparando paquetillos de heroína. La mujer de mi primo se prostituía con mi tío a cambio de una dosis de heroína. Cosas muy crueles y descabelladas.
Con esto quiero decir que he tenido una vida llena de traficantes, delincuentes, atracadores, pero, por encima de todo esto, mis padres me dieron una educación lo mejor que pudieron.
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