La prevención de la falta de vivienda debería estar en el centro de las estrategias y políticas sobre la exclusión residencial.
Diversos estudios han demostrado que la prevención en este ámbito no solo es efectiva, sino que económicamente resulta más rentable en el abordaje de los problemas de vivienda.
Pero se suele tener un problema, cuando una persona no cobra una determinada cantidad de dinero, no se suele integrar en un determinado programa de acción en busca de vivienda, ya sea con asuntos sociales o diferentes ongs, siempre se mira el perfil de la persona económica.
El daño que produce un desahucio en la vida humana, en la salud física, mental y social y el bienestar de las personas, así como sus oportunidades de vida.
Es importante que el gobierno dé salida a los problemas de los desahucios. Ya vimos cómo el ayuntamiento mandó desalojar en la calle La Luna a un inmueble completo, unas 250 personas incluyendo menores de edad.
Por eso es importante antes de desalojar un inmueble, tener un medio habitacional primero.
Pero ni en esto se ponen de acuerdo los políticos, dicen que antes de Navidad se aprobará un decreto para limitar los desahucios mientras dure el estado de alarma, parece ser que tienen diferencias en relación a su contenido y sobre todo a su alcance.
Los morados quieren prohibir todos los desahucios de familias vulnerables que no tengan alternativa habitacional, es decir que a quedarse en la calle, mientras que los de la rosa priorizan hilar muy fino para evitar que ciertos casos de okupación queden amparados por la prohibición.
Pues manos a la obra, poneros de acuerdo y evitar que familias enteras se vayan a la calle sin más.
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