Sabemos que la vida tiene un punto final, pero no lo sabemos del todo,
porque de saberlo no tendríamos el comportamiento criminal que tenemos con
nuestro entorno, y tampoco sabemos del todo que nuestra desidia con el medio
ambiente es el perfecto arquitecto de la tumba de próximas generaciones, a
saber nuestr@s hij@s,
Desde el séptimo continente a los tres millones de
toneladas de plástico que usa anualmente la famosa multinacional de refrescos
solo hay un absurdo más que pueda integrar esta trilogía, el ultimo prostíbulo
en abrir en Madrid que por cuarenta euros la hora te alquila una muñeca
hinchable para satisfacer tus fantasmas onanistas,
El síndrome de Atila cabalga muchas de nuestras
costumbres, y nos resulta tan natural el pillaje que lo transmitimos de la
manera más imbécil y miserable, creer que l@s niñ@s solo aprenden en el exacto
instante que elegimos para pretender enseñarles,
Somos una sociedad infectada de barbarie, o hay otra
explicación a tantas de nuestras actitudes…….
Durruti
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