Hace unos días tuve la satisfacción de compartir una de esas mañanas en las cuales merece la pena despertar. Teníamos una visita al museo Sorolla con la complicidad de los compañeros del blog y la supervisión de nuestra preciosa musa y jefa. He de decir que me causó una grata sensación el entrar en el recinto y ver un precioso patio decorado de una diversidad de plantas donde varios artistas recreaban en sus lienzos imagénes de ese genio de los pinceles.Sinceramente sentí una sensación de armonía.
Después de algunas fotos obligadas por el momento, pasamos a ver las extraordinarias pinturas expuestas. Entrando en la estancia tienes la extraña sensación de atravesar una línea del tiempo, tus ojos se hacen cómplices tecnológicos de nuestro tiempo. Pude apreciar cada paso que daba acompañado en parte de este pequeño aparato llamado móvil. Podría llegar a saturarlo por la enorme cantidad de detalles proporcionados al visitante, la cantidad de recovecos que contienen las salas están decorados de recuerdos compartidos por los cuales la imaginación queda desbordada, te da la sensación de compartir cada recodo con el artista en cada una de sus pinceladas.
Terminamos el recorrido con unos precisos comentarios al respecto de nuestras observaciones. Llegamos a la conclusión unánime entre todos los que componíamos dicho grupo de que mereció la pena poder desarrollar este después de ver dicho recorrido. Merece la pena aconsejar su visita a todos los amantes de la pintura donde pasarán unos momentos inolvidables. Si vas en grata compañía disfrutarás cada paso de su estancia.
Gracias compañeros y que este compromiso nos acerque a una verdadera amistad. G.R
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