Como se sabe, el trabajo es un derecho, pero también para conseguirlo tenemos que cumplir una serie de obligaciones, tanto si es por cuenta ajena como si somos autónomos.
Siempre tendremos que trabajar, pues si no lo haces, no tendrás ni para comer.
El trabajo debe ser justo y digno, pues si es imprescindible que lo tengamos también debe ser imprescindible que al menos sea gratificado tanto económicamente como personalmente. Pero cuando el trabajo no cumple con eso es muy raro que lo consideremos un buen trabajo.
El trabajo por cuenta propia es más gratificante si consigues tus propósitos. Sin embargo, si es por cuenta ajena, es más esclavo que justo, pues casi nunca trabajas en lo que te gusta, sino en lo que te obligan las circunstancias de la vida.
Es por esto que pocas veces vamos a estar conformes, pues tanto el sistema como la vida misma, la economía global y la política no siempre cumplen con nuestra expectativas. Lo único que queda es sobrevivir.
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