Érase una vez un fotógrafo en un pueblo, que hacía muy buenas fotos, pero nadie se quería hacer fotos con él porque cobraba muy caro.
Se puso muy triste y desorientado. Puso carteles por el pueblo diciendo que les iba a regalar una foto, una a cada uno del pueblo.
Así se hizo muy famoso y desde aquel día se le quitó la tristeza y fue feliz y contento. Formó una familia y tuvo muchos hijos.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Aparecerá dentro de poco publicado