Érase una vez un cuento, cuando dos damiselas con ropas, se desnudan, es decir, en pelotas, y se meten en el río.
Cómo se llamaban, pues la verdad, se llamaban la verdad y la mentira.
Pues la mentira salió corriendo con mucha prisa del agua y se puso el vestido de la verdad.
Desde entonces, la mentira viaja a todo trapo por la vida, intentando engañar a todo el que pilla, disfrazada de la verdad. Va engañando a todo el mundo, haciéndose pasar por la verdad y todos la proclaman como la verdad.
La paradoja es que nos creemos todo lo que nos cuentan. Tenemos que hacer una reflexión. Nos engañan o nos dejamos engañar.
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