En primer lugar propongo una gestión adecuada de la
lingüística, vamos a llamar a las cosas por su nombre, y así dejar de hacernos
l@s rubi@s, con master o sin él,
La mal nombrada exclusión social, de ahora en adelante exclusión estatal, no ha tenido, hasta ahora,
el gusto de contar con vuestra presencia; desde el mes de octubre del año
pasado una de las acampadas que pueblan la Plaza de Catalunya de Barcelona está gestada y sostenida por personas a las que se adjetiva como sin techo, He
participado en Madrid en diversas marchas reclamando por los derechos de los
desahuciados sociales, he participado en diversos foros y debates, en programas
radiofónicos varios, y jamás he coincidido con alguien de vosotros, cuando digo
vosotros quiero decir integrantes de una fuerza parlamentaria,
La palabra acampada me deriva a aquella ACAMPADA que se
merece ser escrita en mayúsculas, y me pregunto dónde estáis, además de estar
en el congreso de los diputados,
37.000 personas murieron el año pasado por denegación del
estado a otorgar ayudas a la dependencia, hasta hace muy poco moría una persona
cada ocho horas por denegación del estado en sufragar el coste del tratamiento
para curar la hepatitis C, evidentemente no son los fusilamientos de los
fascistas, pero convengamos que es lo que más se le parece,
No seguiré con las estadísticas de la tragedia porque sé
que las conocéis mucho más al detalle que yo, pero no puedo comprender,
habiendo sido paridos por aquella ACAMPADA, las razones que os alejan tanto de
la calle, a la Bastilla no se va en scooter ni regalando Juego de Tronos, a la
Bastilla se va por la calle, y cuando uno transita la calle ve personas en la
calle que cada día que pasa se parecen más a un resto de sí mismos, condenados
por el estado a un estado residual de sus derechos más básicos, condenados a
una decapitación social, moral y lingüística,
Recuerdo unas palabras de Pablo en una entrevista en la
que decía que la moqueta del congreso corrompe, creo que una vez comprendido esto
no hay otro camino que fumigar los ácaros de dicha moqueta y volver a una
interpretación de la realidad no solamente política sino básicamente social, en
eso consiste lo asambleario,
A veces lo mejor que uno puede hacer por sí mismo
consiste en hacer algo por los demás, esto no es judeo-cristianismo low
cost así como
tampoco españolismo mierdoso, es simplemente una invitación a mirar la calle a
los ojos,
Durruti
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