4 de julio de 2013

Breve relato de Silvano


Nadie pudo explicar jamás lo que ocurrió aquella tarde en el Centro de Día de San Andrés. Ha pasado mucho tiempo y sin embargo el misterio persiste hasta hoy. 
Era una tarde apacible de agosto y había más usuarios que de costumbre. La educadora había guardado en secreto el contenido del taller; se trataba de algo muy especial y hubo que sacar más sillas. Colocó encima de la mesa agua oxigenada y "Betadine". 
De espaldas a la gente, escribió algo en la pizarra. 
Cuando se volvió, no había nadie; el Centro estaba desierto. Perpleja y algo desilusionada, recogió los dos frascos de la mesa y bajó a la oficina. En la sala, un silencio absoluto solo roto por el ruido de la cafetera. En la pizarra, en grandes letras de color rojo se podía leer: "Taller de acupuntura".
Septiembre 2011.

1 comentario:

  1. Qué alegría verte por aquí, Silvano.
    Recuerdo perfectamente el día que me diste a leer este relato.
    En la próxima asamblea habrá que proponer un taller de acupuntura, ya sabes que a veces conseguimos lo imposible!
    En este mundo cibernético también es un placer tenerte cerca.

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