No tenía preocupaciones y me pasaba los días jugando y divirtiéndome con mis hermanos y con una niña que conocí en esos días que pasé en el pueblo.
Lo que más me gustaba eran las fiestas del pueblo porque eran muy divertidas y me lo pasaba muy bien. Lo malo es que se terminaron muy pronto y nos tuvimos que venir a Madrid a terminar de pasar el verano.
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