El lugar donde quiero envejecer

Miércoles 25 de julio de 2012. Hoy es el Día de Galicia, una jornada grande en mi tierra. Dicen que uno no es de donde nace sino de donde pace, pero en mi caso, tras seis años viviendo en Madrid (ciudad la que adoro con todas mis fuerzas), el sentimiento de morriña (esa tristeza, nostalgia de la tierra natal) se ha incrementado de forma exponencial, experimentando una sensación maravillosa cada vez que paso por allí.

Ese lugar que antes parecía insulso y demasiado pequeño para tantas expectativas, resulta ser ahora el sitio donde quiero acabar mis días. El trabajo escasea por aquel lugar en determinados sectores como el mío (el periodismo), pero cuando uno tiene claro la calidad de vida que busca para su futuro toda barrera acaba siendo simplemente un reto más por derribar. La cercanía del mar, la naturaleza, su gastronomía, sus gentes y, sobre todo, esa identificación difícil de explicar con palabras para entender su forma de ser constituyen factores suficientes para saber el sitio donde, tras posibles experiencias en el extranjero, quiero envejecer. No hay nada más grande que saber dónde quiere estar uno.