Han sido meses duros, muy duros, para la mayoría, llenos de horas muy largas para los desgraciados que han comenzado y terminado 2012 sin empleo, para los que han perdido su hogar, para los que se han quedado sin nada. También para los que han conservado su puesto de trabajo, afrontando impagos, quiebras o asumiendo en el mejor de los casos una triple carga diaria de tareas, encajando que esa profesión a la que tantos años llevaban enganchados, ya no es la misma.
Pero estos segundos, se supone, no pueden quejarse. ¡Son unos afortunados! O eso es lo que les hacen creer. Luego están, en tercer lugar, los valientes, los que se atreven a decir basta, los que rechazan acomodarse, los que apuestan por evolucionar, con el riesgo que ello implica, los que salen a la busca y captura de nuevas ideas y motivaciones. A ellos deseo el mejor 2013, simplemente por admiración y envidia sana.
2012 se va. Yo quiero que se vaya y que se lo lleve casi todo. Todo, menos los buenos momentos que hemos pasado en el blog de la Asociación Realidades, ese lugar donde se encuentran todas las personas de las que os he hablado en líneas anteriores. Con José María, Luis, Antonio, Ángel o Loyda -la última en incorporarse-, entre otros, el año ha merecido mucho más la pena. A todos les deseo un 2013 único, como el que ellos piden en este vídeo. ¡Feliz Año Nuevo!
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